HISTORIA
Históricamente Bargas ha sido
un pueblo de gran tradición panadera; Félix Urabayen atribuye el oficio de panadero medieval a la tradición morisca de emigrantes toledanos que después enraizaron en Bargas, asentándose en el barrio de las Eras y conviviendo con la población judía.
Sin descartar un posible origen mudéjar o morisco, la consolidación de la tradición panadera de Bargas debe relacionarse con la cercanía de Madrid, con la situación económica de la ciudad de Toledo y con la obligación que tuvieron los pueblos y aldeas de Bargas, Mocejón y Magan, desde 1628 hasta finales del XVIII, de aprovisionarla de pan y cereales. Ya en las Ordenanzas de la Ciudad de Toledo de finales del siglo XVI, se recoge una antigua disposición de 1490, en la que se cita a los lugares de “Ajofrín, Olías y otros lugares de La Sagra” como proveedores de pan cocido.
La auténtica especialización de Bargas en la elaboración de pan es consecuencia de las necesidades de la Corte establecida en Madrid desde 1561. Julio Montemayor afirma que en 1586, de los 331 vecinos (1.158 habitantes) 59 tenían el oficio de panaderos, pero el crecimiento demográfico de Madrid exigía el aprovisionamiento constante de pan, llegando su influencia hasta adquirir provisiones en localidades distantes hasta 150 km. Esta circunstancia ocasionaba que Toledo llegara a quedar desabastecida, problema agudizado por la escasez de tierras de labranza y la situación llegó a ser tan grave, por la escasez y el precio que llegó a alcanzar el pan que, durante todo el siglo XVII, hay continuas peticiones al monarca para que eximiera a Bargas de abastecer a Madrid y llevara el pan a Toledo.
Así pues, por su situación geográfica, proximidad a Toledo y cercanía a los molinos harineros del Tajo, los bargueños dejarían de vender el cereal y la harina sin elaborar y se especializarían, durante el siglo XVII, en la cocción de pan y en su venta, primero en los mercados toledanos y más tarde en Madrid. Siendo el pan el alimento básico de la población y sufriendo un constante aumento de precio desde principios del XVII, no sería de extrañar que por la demanda que había de este producto fuera rentable para los bargueños asumir los costes de su elaboración y transporte, resarciéndose mediante los beneficios obtenidos por su venta directa. La importancia que alcanzó esta venta para la economía bargueña se demuestra al comprobar que, en el año 1750, de los 676 vecinos existentes, 146 eran panaderos.
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Nuestra panadería en su actual
ubicación data de 1890, regentada por Francisco Ontalba. Posteriormente esta
paso a manos de Prisco Ontalba Pérez y su esposa María Fernández-Burgos.
Prisco
era el hijo Francisco Ontalba; María era hija de Pedro Fernández-Burgos y de Anselma, los cuales también regentaban una panadería al final de la
calle Real. Tras María y Prisco se
hicieron cargo de la panadería sus hijos: Feliciano y Julián elaborando el pan
y María vendiéndolo en el despacho.
La tradición
la continúa actualmente Salvador Ontalba Alonso (hijo de Feliciano y Soledad) y
su esposa Alicia Rodríguez.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:
Archivo municipal del Ayuntamiento de Bargas
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